sábado, agosto 19, 2006

DE FERIA Y DE CARTELES

Hoy sábado termina por fin la feria de Málaga. Zalabardo, a quien no gusta ningún tipo de bullicio piensa que la ciudad no es hoy buen sitio para estar, agobio y aglomeraciones por todas partes, y me propone que nos vayamos a comer a Nerja. Me sorprende porque siendo segunda quincena de agosto no creo que aquello pueda considerarse un desierto.
Sin embargo, no ha estado mal la cosa; la gente debía estar en la playa y la temperatura era en verdad agradable. Nos hemos ido al restaurante Pacomari, donde ponen un ajoblanco con uvas que está para darle dos vueltas al ruedo. La sobremesa ha sido en la cafetería del hotel El balcón de Europa.
A la vuelta, me ha pedido que pasásemos por el centro para ver la portada ferial de calle Larios. Tienen razón los que dicen que es horrorosa: un inmenso rectángulo blanco todo lleno de geranios y lunares rojos; un geranio, un lunar, un geranio, un lunar, y así hasta el infinito. ¿Cuánto ha pagado el Ayuntamiento por la idea?
Ya en casa, enciendo el televisor y nos sentamos a ver un partido de fútbol del Torneo Carranza, de Cádiz. Una de las primeras imágenes que ofrecen es la de una pancarta en la que se leía: Cuatro, haber si me enfocas, pixa. Un prodigio en todos los aspectos, ¿no es verdad?
Esto de los carteles, pancartas y grafitos supone una cultura especial. Dicen mucho de sus autores. Parece, además, que quienes practican este arte de la rotulación suelen estar especialmente enfadados con la ortografía, con la sintaxis y con cualquier otra técnica de la redacción.
Hace unos días, en Sanlúcar de Barrameda, me encontré un cartel digno de ser incluido en un comentario como este; cerca del mercado, en una calle estrecha y frente a la que me dicen que es la única bodega en la que se mantiene la técnica artesanal de obtener la manzanilla (allí se produce la manzanilla La cigarrera) hay un pequeño museo del mar, por nombre Las caracolas, en cuya puerta, junto a otros muchos carteles (fondo azul y letras blancas) se ofrece, bien visible este: No aparca. Entranda al Museo.
Claro que uno de los más inimaginables me lo encontré (pienso que aún debe seguir allí) precisamente en Nerja, allí donde las aguas del río Chíllar (quien no conozca este paraje debe visitarlo) son recogidas para su aprovechamiento urbano. Un cartelón grande, bien visible, reza (si no recuerdo mal) lo siguiente: Proivido beber. Por el vien de todo. De aqí bebemo todos.
Claro que otros son de naturaleza diferente y no tienen nada que ver con el uso del lenguaje y nos llevan hacia otras reflexiones. En el pueblo de Archidona, de Málaga, existe un bello paraje por el que es una delicia pasear. Es la Hoz de Marín, que suele venir recogida en todas las guías de senderismo de la provincia. Es zona para pasear, aunque algunos no dudan en meterse por ella con el coche. Pues bien, en ese lugar hay una bella explanada junto al arroyo en la que dan amena sombra un grupo de árboles. En el tronco de uno de ellos, alguien ha clavado un letrero de latón, con fondo pintado de rojo y letras rotuladas en negro. No es raro que el paseante se sienta atraído y se acerque a leer su contenido: Se prohibe aparcar para follar.
Para otros menesteres, ¿se podrá aparcar allí?

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