viernes, agosto 18, 2006

SETENTA AÑOS

Hoy se cumplen setenta años ya de la muerte de Federico García Lorca. La noche del 18 al 19 de agosto de 1936 lo sacaron de la casa de recreo que se había convertido en cárcel provisional, La Colonia, en Víznar, lugar al que había sido trasladado muy poco antes, y en un barranco cercano, a los pies de la Sierra de Alfacar, fue fusilado junto con otras personas y enterrado en una fosa común.
El lugar donde con casi toda certeza está enterrado es hoy un parque dedicado a su recuerdo y al de todas las víctimas, de los dos bandos, de la guerra civil. Muy cerca se halla una fuente, la Fuente Grande, que los árabes conocieron con el sugerente nombre de Aynadamar o Fuente de las Lágrimas.
Si consultamos su partida de fallecimiento, podremos leer que la causa de su muerte fueron "heridas producidas por hecho de guerra". Terrible eufemismo para hacer referencia a un fusilamiento.
Cada año, en esta fecha, se reúne en aquel lugar un gran número de personas para recordar su memoria y la de cuantos murieron en aquella guerra. A Zalabardo le gustaría también estar allí, pero al no poder ser, quiere recordar este hecho con unos versos del poema El crimen fue en Granada, de Antonio Machado:
Se le vio, caminando entre fusiles,
por una calle larga,
salir al campo frío,
aún con estrellas, de la madrugada.
Mataron a Federico
cuando la luz asomaba.
El pelotón de verdugos
no osó mirarle la cara.
Todos cerraron los ojos;
rezaron: ¡ni Dios te salva!
Muerto cayó Federico
-sangre en la frente y plomo en las entrañas-
...Que fue en Granada el crimen
sabed -¡pobre Granada!-, en su Granada...
Zalabardo pensaba hacer un comentario sobre eufemismos, pero piensa que es mejor dejarlo para otra ocasión.

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