jueves, octubre 26, 2006

ESAS PEQUEÑAS COSAS

Por supuesto que no pienso hablar de la canción de Serrat, sino que intento explicarle a Zalabardo la importancia que tienen los pequeños detalles, aquellos en los que difícilmente reparamos hasta que han provocado unas consecuencias que no esperábamos. En el lenguaje corriente recurrimos con frecuencia al ¿qué va a pasar por...? Y ese por es un detalle insignificante. Zalabardo es de los que se muestran escépticos. Un ejemplo de lo que digo lo tenemos en lo que algunos dan como una canción popular inglesa, otros se remontan a las tradiciones hebreas y otros identifican con un cuento de los Grimm. Es aquello de "por un clavo se perdió una herradura; por una herradura, un caballo; por un caballo, un jinete; por un jinete, una batalla; por una batalla, un reino".
Si Carlos Rodríguez estuviera aquí presente, no dudo que diría que eso es teoría del caos y le daría una explicación de lo más convincente a Zalabardo. Le hablaría del "efecto mariposa" y las consecuencias en Tokio de un simple aleteo de este lepidóptero aquí en Málaga; le contaría que el simple redondeo de un número de tres a dos decimales no es relevante en un par de operaciones, pero que tendría un resultado incalculable en cientos, miles o millones de operaciones. Y hasta aquí llego yo, que me perdería si intento decir más.
Pero es que todo eso puede que sea aplicable al uso de la lengua. Por un pequeño cambio que yo haga, por un pequeño descuido que tenga, por un mínimo error en el que incurra, no pasará nada. Eso se ve muy claramente en los alumnos: "¿Y qué pasa por eso, profe?", nos dicen cuando les corregimos un fallo que ellos consideran menor. Pues pasa que no sabemos cuál será la consecuencia final.
Titulaba ayer El País en su página 3: EEUU iniciará la retirada de Irak en un año. A continuación, en la entradilla, leemos que se habla de un proceso que tendrá lugar entre el otoño de 2007 y la primavera de 2008. Es decir, que comenzará dentro de un año. Porque, si prestamos atención, la preposición en se utiliza (se debe utilizar) para indicar en qué lugar, tiempo o modo sucede algo: está en Perú; sucedió en verano; lo guardo en depósito. Luego lo que el titular dice es que el inicio de la retirada durará un año y no es eso lo que se quiere decir. El mismo El País escribe bien, en la página 9, cuando titula Lula pasa al ataque en la recta final... Si yo digo que haré algo en un minuto, indico que actuaré rápidamente, no cuando haya pasado un minuto. Sin embargo, en la radio y en la televisión nos dicen continuamente volvemos en dos minutos, cuando deberían decir volvemos dentro de dos minutos.
Es, como vemos, un detalle pequeño, una simple y modesta preposición. Pero grano a grano se hace granero. Zalabardo, mirándome, se pone el dedo índice en la sien, pero yo pienso en el aleteo de la mariposa.

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