martes, diciembre 12, 2006

EN CASA DEL HERRERO, CUCHILLO DE PALO

O lo que es lo mismo, que en ocasiones falta o falla algo en el lugar preciso donde nunca debería faltar o fallar. Viene a cuento esto de que mi comentario de ayer no fue un modelo de corrección formal, que digamos. Hay una razón, que no excusa, para ello: que no sometí el texto a la pertinente revisión antes de dar la orden de publicar la entrada. Y así salió como salió.
Ya digo que esto no debe sonar a excusa. Ahora podría volver contra mí mismo aquellas palabras de "¿en qué tómbola dieron el título al fulano este?" y otras por el estilo. Y es que en unas páginas que pretenden ser críticas con los descuidos expresivos, el error es imperdonable. Sirvan, pues, estas palabras, de autocrítica; prometo, además, ser más cuidadoso en ocasiones sucesivas.
Lo que me ha permitido ver mis errores ha sido un comentario que hace una alumna de la Universidad de Málaga, Mari Paz, que me dirige unas preguntas a las que, gustosamente, paso a responder porque así mato dos pájaros de un tiro: respondo a sus dudas y corrijo mis errores.
1º. Me pregunta por qué no coloco la tilde en el adverbio solo. Esta palabra, como sabemos, tiene un doble valor: como adjetivo significa 'sin compañía' y como adverbio, 'solamente', 'nada más'. Por ser palabra llana terminada en vocal no debería llevar tilde. Nos encontramos, pues, en el terreno de la llamada tilde diacrítica, la que se emplea para diferenciar, como aquí, palabras homónimas. La norma, respecto a solo (adjetivo) y solo (adverbio), indica que es obligatoria la tilde únicamente cuando haya riesgo de ambigüedad. Por ejemplo, vendré solo el miércoles (nadie me acompañará) o vendré sólo el miércoles (no vendré ningún otro día). Por tal razón, yo no suelo colocarle la tilde al adverbio salvo en casos precisos. Ocurre exactamente igual con los demostrativos determinantes o pronombres. Se pondrá tilde en dijo que ésta mañana vendría (que ella vendría) para no confundir con dijo que esta mañana vendría (que vendría esa precisa mañana).
2º. Me pregunta por la frase la preocupación por que de algún modo pudiera verse... nos tenía preocupados. Aquí podemos estar hablando de dos cosas: si me pregunta por el conjunto de la frase, debo decir que está mal construida por esa redundancia que rechina (la preocupación nos tenía preocupados). Si hubiese revisado el texto, podría haber escrito nos tenía consternados (o angustiados, inquietos, intranquilos, etc.) o utilizado un modismo como nos tenía en ascuas, con el alma en vilo, etc. Si lo que a Mari Paz preocupa es el uso de por que, hay que decir que la forma es correcta. Me explico: no es porque puesto que no se trata de una conjunción causal; no es por que (por la cual) porque no es una combinación de relativo con preposición; es, en fin, por que (también separado), combinación de la conjunción completiva que introduce una subordinación sustantiva (que pudiera verse involucrado) con una preposición exigida, en este caso, por un sustantivo (preocupación). Aparte estarían los casos de por qué (interrogativo o exclamativo con preposición) y porqué (sustantivo).
3º. La tercera duda de Mari Paz tiene fácil respuesta; dupliqué sin necesidad la palabra contra. La frase tendría que haber sido iba tomando cuerpo en contra de o iba tomando cuerpo contra, pero nunca iba tomando cuerpo en contra contra, que es lo que escribí.
A Mari Paz, y a cuantos sean ahora estudiantes, quiero indicarles que deben alegrarse de que sus profesores insistan mucho en las cuestiones ortográficas y estilísticas; incluso más en estas, pues ya se ve, en mi nota de ayer, lo fácil que resulta meter la pata. Pido disculpas a cuantos me lean y, reitero, hago propósito de revisar mejor los apuntes antes de publicarlos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muchas gracias por sus extensas aclaraciones (explicaciones, diría yo). Me siento muy orgullosa al ver que mi comentario ha dado lugar a todo un capítulo de su agenda, ¡no se lo van a creer mis amigas!. En cuanto a posibles dudas, me las ha aclarado todas, ha sido muy amable. Gracias otra vez.
Mari Paz.