viernes, abril 20, 2007

MESSI

¿También aquí nos vamos a encontrar a Messi? ¿Es que no hay otra cosa de que hablar más que del gol de Messi? He discutido seriamente con Zalabardo si traer hoy aquí ese tema, si vale la pena sumarse al grupo de enaltecedores de la hazaña futbolística. Y ha sido él, Zalabardo, quien me ha quitado cualquier prejuicio que pudiera tener al respecto. Su argumento ha sido concluyente: ¿Hablamos, si no, de la intervención de Rajoy en la tele, ayer?
La verdad es que no tenemos nada contra Rajoy. Tampoco contra Zapatero. No es que seamos, Zalabardo y yo, apolíticos, difícil afán del que muchos presumen sin tener en cuenta aquella antigua y aristotélica definición del hombre como zoom politikón. Es más bien que nos da un poco de yuyu eso de los partidos y sus rígidas e intransigentes disciplinas. Eso de tener que comulgar con ruedas de molino, sean de derechas o de izquierdas se nos hace difícil. Y aunque yo digo defender un centrismo neutral, Zalabardo dice que él se considera más bien liberal de izquierdas.
A lo que íbamos, que la intervención de Rajoy en esa entrevista en la que la mitad de los entrevistadores se han quedado sin participar (como pasó con la del presidente ) resultó que ni fu ni fa. La prueba la tenemos en que de cada intervención, lo que más se ha destacado era si Zapatero sabía o no lo que cuesta un café o si Rajoy se descompuso ante la pregunta acerca de su sueldo que le hizo una jubilada que declaraba tener una pensión de 300 euros. Y, claro, hoy no ha faltado la cohorte de políticos que se han apresurado (¿cinismo, chulería, estupidez?) en declarar los suyos, lo que nos hace dudar de si merecen de verdad lo que se meten en el bolsillo.
Fuera de eso, los análisis se han limitado a la mayor soltura en su intervención del jefe de la oposición frente a la falta de cochura del presidente del Gobierno en la suya. Los partidarios de aquel lo justifican alabando la mayor altura política del gallego; los de este, excusan al leonés por la ventaja que en estos asuntos tiene ser segundo en intervenir. Es, dicen echando mano del símil futbolístico, como jugar el partido definitivo de una eliminatoria en campo propio. ¿Han valido la pena las casi cinco horas de televisión entre uno y otro programa para tan escuálido resultado?
Y, hablando de fútbol, me comenta Zalabardo si no era mi intención hablar de Messi. Pues es verdad. Declaro que soy culé desde muy niño. Zalabardo me pide que diga bien alto que cuando tuvo lugar aquella jugarreta que hizo que Di Stéfano, posiblemente el mejor futbolista de la historia, fichara por el Real Madrid, cuando lo cierto es que había venido a España para fichar por el Barcelona, ya éramos seguidores del equipo catalán. Me parece que era 1953.
¿Y qué decir de Messi? Que es el presente del fútbol ilusión, del fútbol espectáculo tan contrario de ese otro fútbol rácano y resultadista que se lleva por ahí. El otro día, frente al Getafe, clonó el famoso gol de Maradona ante Inglaterra. Ojalá ni se malee ni lo maleen, porque el futuro puede ser suyo. Y coincido con Zalabardo en que su gol, pese a que delante estuviera el Getafe y no Inglaterra y el partido fuese una eliminatoria de la Copa de España y no un Mundial, fue más bonito que el de Maradona.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Un poco de cordura, sencilla y natural cordura, frente a tanta crispación sienta mejor que una cerveza fresquita un día caluroso de verano a las dos de la tarde. Lo digo por aquello que ha escrito que parece fácil de entender hasta para quien no tenga mucho uso de razón ("nos da un poco de yuyu eso de los partidos y sus rígidas e intransigentes disciplinas. Eso de tener que comulgar con ruedas de molino, sean de derechas o de izquierdas se nos hace difícil"). ¿A cuántas personas debería conmover esta frase, esta manera de pensar, para que las cosas marchen mejor? Sin embargo, no la veo aplicada al futbol. Fui jugador casi profesional en mi juventud y todos los compañeros entendíamos que uno solo no hace un equipo y que el juego individual sale bien una vez pero lo que gana los partidos es el juego organizado e inteligente de todos. Mejor no potenciamos demasiado a Messi y menos a Maradona, que se ha cubierto de todo menos de gloria.
Vigilante nocturno