miércoles, mayo 16, 2007

TALIBANA

¿Crees que esto pueda ser verdad?, me consulta Zalabardo, como tantas otras veces, de sopetón, sin decirme siquiera de qué está hablando. Y como le pregunto a qué se refiere, me muestra la página final del diario SUR del pasado domigo, donde se inserta una entrevista con la rectora de la Universidad de Málaga, Adelaida de la Calle. Destacadas en los titulares, se ponen en su boca estas palabras: Soy talibana; si me propongo algo, lucho hasta conseguirlo. A propósito, la coma la he puesto yo por mi cuenta. Y como no sé si lo que quiere es tenderme una trampa, vuelvo a pedirle que me aclare si le preocupa el empleo del término o tan solo su forma; me responde que, ya puestos, podemos hablar de las dos cosas. Pues vaya que sea.
Entonces le propongo que empecemos por el empleo, que es lo más simple. Esta señora, para hablar de lo que considera que es una virtud poseída por ella, utiliza, curiosamente, una palabra que encierra solo connotaciones negativas. ¿Por qué? Vamos a verlo; quiere decir, y podría haber dicho, para manifestar su voluntad firme de vencer los obstáculos, que es luchadora, batalladora, tenaz, guerrera, perseverante y es posible que quepan algunos adjetivos más. Y sin embargo, escoge eso de talibana, que significa, como adjetivo, 'relativo a cierta milicia integrista musulmana' y como sustantivo, 'integrante de dicha milicia'. Y si nos molestamos en buscar lo que significa el integrismo, vemos que es una 'actitud de ciertos sectores ideológicos, religiosos o políticos, partidarios de la intangibilidad de la doctrina tradicional'. O sea, que no creo que la rectora respondiese, si se lo preguntamos de nuevo, que es talibana.
¿Y qué pasa con la forma? Pues lo siguiente: que el DRAE recoge, en un artículo enmendado, tan solo la forma talibán, ya que considera que puede funcionar como adjetivo de una sola terminación o como sustantivo común en cuanto al género, es decir, de forma invariable para masculino y femenino. En cambio, el Panhispánico de dudas nos ofrece toda una muestra de buen hacer, puesto que nos dice: primero, que aunque en su forma originaria persa talibán es un plural cuyo singular es talib, la primera forma se ha acomodado perfectamente a la morfología española y debemos, por tanto, usar el plural talibanes. Y segundo, que aunque sea frecuente su empleo como adjetivo de una sola terminación (y yo interpreto: y como sustantivo común en cuanto al género), se recomienda usar para el femenino la forma talibana, mejor acomodada a la morfología del español.
Ahora añado yo: el diccionario recoge 1329 formas con la nota de que son palabras comunes en cuanto al género; de ellas, casi 900 terminan en -a (pianista, libretista, etc.), y no hay nada que decir. Rastreando entre el resto y sin hacer una búsqueda exhaustiva, me salen algunas, pocas, que, en mi criterio, merecerían el mismo trato que la que nos ocupa, es decir, que se las dote de una forma de femenino más ajustada a lo que es el uso común entre los hablantes. Estas palabras son: juez (jueza), capitán, coronel, general, oficial (capitana, coronela, generala, oficiala), alguacil (alguacila), fiscal (fiscala), canciller (cancillera), jefe (jefa) y, si seguimos hurgando, alguna más.
Zalabardo desea cerrar esta nota opinando que, si es cuestión de votar, él está a favor.

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