martes, junio 12, 2007

PUNTO Y PELOTA

Lo curioso de las locuciones y giros afines es que, en una gran cantidad de casos, sabemos cuál es el sentido con que se utilizan, lo que queremos decir con ellas, aunque desconozcamos la razón de su origen o el significado de sus componentes. Eso hace que en algunos casos experimenten cambios en su composición que las vuelven incomprensibles a pesar de que sigan funcionando como si tal cosa. Ese fenómeno, que no es sino una forma de degradación, se da también, por ejemplo, en los romances y canciones de tradición oral, que experimentan grandes cambios entre su forma original y la que actualmente observamos.
Zalabardo me cuenta que él conoce a una persona que para expresar que se mantendrá callada sin interferir en lo que otro diga ni manifestar disconformidad con ello dice yo, punto y pelota, en lugar de punto en boca que es la expresión propia para significar que se mantendrá silencio. Y, del mismo modo, cuenta de una compañera de estudios, allá en Granada, que en lugar de menos mal solía decir buenos mal.
Pero no son esas alteraciones que cita Zalabardo de las que quiero hoy hablar, sino mejor de aquellas locuciones que decimos a menudo aunque de ellas ignoremos el significado de sus elementos integrantes. Por ejemplo, todos sabemos que echarse algo al coleto es bebérselo o comérselo, o leer un escrito de principio a fin. Pero, ¿se para alguien a pensar qué es eso del coleto? Coleto es una palabra de origen italiano que designa una prenda de vestir de otras épocas, concretamente es una especie de chaleco de piel, ajustado, con o sin mangas, que cubre el cuerpo, ciñéndolo hasta la cintura. Por eso echarse algo a él es asegurarlo, guardarlo para uno.
Segunda locución: echarse o guardar algo en la buchaca es guardarse algo para uno mismo, aunque en el momento no se sepa si nos será de utilidad. Buchaca es un término que procede del catalán, butxaca, y que designa una bolsa grande que peregrinos y mendigos llevan bajo el brazo para guardar en ella todo lo que les dan.
¿Qué pasa cuando algo se nos va al garete? Pues que ha fracasado o se ha malogrado. ¿Y dónde está el garete? En ningún sitio, porque el garete no es un lugar sino más bien una situación. El origen de la expresión hay que buscarlo en el francés y en el lenguaje marinero. En efecto, être égaré es estar o andar averiado, haber perdido el gobierno, y se dice de las embarcaciones que, por tal motivo, quedan a merced de los vientos o mareas sin que tal eventualidad pueda ser remediada. Por tal razón, el peligro de encallar o perderse es grande. De ahí a malograrse algo no hay más que un paso.
Y vamos con una última locución. Cuando caemos en el garlito es que hemos sido engañados; y si cogemos a alguien en el garlito es que lo hemos sorprendido, mediante una trampa, en una acción que pretendía realizar de modo oculto. Y eso es así porque el garlito no es más que una especie de nasa, una red de tiene dispuesta su parte más estrecha de modo que se puede entrar con facilidad pero de donde es casi imposible salir. Eso explica que adquiera ese sentido figurado de trampa o celada que se tiende a alguien.
Zalabardo y yo queremos avisar de que durante algún tiempo se va a suspender la aparición diaria de esta agenda. Es época de preparar exámenes, de corregirlos, de asistir a evaluaciones, de redactar memorias. Queda, por tanto, poco tiempo para dedicar a estas páginas. De todas formas, no tardaremos demasiado en recobrar la periodicidad habitual.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Escritor, ¿cuando va a volver a escribir? sabe que nos tiene a todos impacientes mirando todos los dias la agenda sin encontrar otra cosa que punto y pelota.
Andres, el viejo de la colina.