martes, octubre 02, 2007


INCORRECTOS
No sé si nuestra sociedad está por fuerza destinada a caminar hacia lo políticamente correcto sin posibilidad de desviarse un ápice de la línea. Tampoco sé, en puridad, qué sea eso de lo políticamente correcto. De lo que sí estoy seguro es de que no considero que ese haya de ser el camino, de que no hay por qué abominar de esa cuota de incorrección que, en mayor o menor proporción, ha existido siempre y puede que hasta de manera necesaria para la buena salud social.
Hace unos días, Arturo Pérez-Reverte vertió en una de sus colaboraciones semanales una reflexión sobre lo que eran sus preferencias sobre el modelo físico femenino. De lo que él llamaba "mujeres como las de antes" destacaba el garboso andar sobre tacones imposibles, el vestir falda de tubo o el mostrar caderas y pechos, piernas y culo en su proporción suficiente. Es decir, hablaba de lo que hablan muchos hombres cuando ven pasar por la calle una "real moza" de tallaje alejado a las anoréxicas y desgarbadas modas del momento actual. A causa de ello, le han llovido palos de todos los colores y desde todas partes por "su visión sesgada y machista de las mujeres". Vaya, como si estas no mantuviesen conversaciones semejantes, sin que nadie se escandalice, en torno al tipo de hombres que les gusta.
¿Será entonces correcta la exposición fotográfica que se celebra en Madrid y cuyo motivo principal es un conjunto de culos, al natural, que han atraído al objetivo de diferentes fotógrafos? ¿Tendremos que escandalizarnos porque en el concurso de Miss Italia 2007 algún jurado haya pedido que no se evalúe solo la longitud de las piernas o la proporcionada turgencia de los pechos de las participantes, sino también sus culos, por lo que solicitó que las cámaras de televisión enfocasen tal parte de sus anatomías? ¿Es que un hombre no podrá ya hablar de lo que significa contemplar un culo femenino bien puesto o las mujeres no podrán hacerlo del culito de algunos hombres? A propósito, ¿Por qué las mujeres han tener culo y los hombres culito sin que nadie proteste?
Zalabardo me regaló no hace mucho un curioso librito publicado en Úbeda y titulado Culografía o arte de la escritura visual de la susodicha parte, escrito por Fidel Villar Ribot. Se inicia con una riquísima reseña lexicográfica del término culo, para pasar a continuación a hacer una relación de algunos sinónimos (antifonario, asentaderas, fiador, mapamundi, pandero, pompis, rabel, rulé, salvahonor, talabario, tafanario, trascorral, trasero y traste). Luego presenta un culonario o los trece tipos de culo (de gaseosa, taurino, gramatical, furtivo, serrano, macizo, patriótico, escurrío, cachetero, orquestal, de lesa majestad, mi culo —que, según bien aclara el autor, no es el suyo, sino el de su parienta— y el culo del mundo —que, siguiendo con el autor, son los Estados Unidos e Israel—). ¿Deberé acaso esconder tal libro por incorrecto?
¿Nos escandalizaremos también de que Camilo José Cela apareciera en un programa de televisión lanzando a la presentadora el reto de que él era capaz de sorber por el culo el contenido de una palangana llena de agua? Afortunadamente, es mi criterio, entre nuestros escritores han abundado, desde siempre, los políticamente incorrectos. Lo fue el Arcipreste de Hita, el primero de todos a mi entender, y lo fue Francisco de Quevedo. Luego lo fue Cadalso, que no resignado a la muerte de la mujer amada, intentó desenterrar su cadáver. Y fue incorrecto, no solo políticamente, Valle-Inclán. Como lo fue el recientemente fallecido Umbral y parece que ahora lo es Pérez-Reverte. Que siga la racha.
Me pregunta Zalabardo si a mí me gustaría ser políticamente incorrecto. Le respondo que ni él ni yo damos la talla, que a los dos, aparte de sobrarnos años, nos faltan aptitudes, sí, con p, y un tanto así de talante. Y esto último no lo digo porque crea que en la cofradía de la incorrección política pueda caber nuestro presidente Zapatero, que a ese le falta algo más.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡Muy bien maestro! Los de la Colina nos sumamos a ser, cuando haga falta, políticamente incorrectos y, que conste, que tampoco damos la talla (con nuestra edad eso ya pasó). Eso sí, somos educadamente incorrectos, pues no nos gustan los actos y las manifestaciones actuales, que no vienen al caso, que son innecesarias y ofensivas (porque todo el mundo tiene madre, padre, hermanos,...) como los dibujos del Jueves ni la quema de símbolos del Estado. Y aclaramos: hay muchas maneras de decir que somos republicanos sin llegar a ofender a nadie. Decirlo por convicción y por medio de razonamientos no hiere a nadie, mientras que lo otro es una actitud de malos ciudadanos, estúpidamente incorrectos.
Y nosotros, con nuestros añitos a cuesta, todavía giramos la cabeza cuando vemos pasar una mujer hermosa, como se ha hecho siempre. Y no somos machistas, que eso es otra cosa.
Los viejos de la colina