lunes, octubre 22, 2007


JUGAR CON EL IDIOMA
En el capítulo tercero de la primera parte del Quijote, libro humorístico donde los haya, cuando don Quijote previene al osado arriero que decide desalojar del pilar las armas que el caballero había allí colocado para velar, se pueden leer estas palabras: "No se curó el arriero de estas razones, y fuera mejor que se curara, porque fuera curarse en salud", donde Cervantes juega con el doble significado de curarse, 'hacer caso, preocuparse' y 'sanar'. Y Quevedo, en el capítulo tercero de El Buscón, nos informa de la avaricia de aquel licenciado Cabra diciéndonos de él que era "largo solo de talle", con lo que indica que era alto de estatura, pero que carecía de largueza o generosidad.
Estos juegos del lenguaje aparecen repartidos por toda nuestra literatura (la retórica se ocupa de explicar qué sea el calambur, la dilogía, la paronomasia, los palíndromos, etc.) e incluso la lengua común juega con todos estos efectos, más o menos cómicos. Quien más quien menos recordará aquello de "Te vendo un perro", a lo que el interlocutor responde: ¿Y para qué quiero un perro vendado", donde se juega con la confusión entre vender y vendar. Zalabardo, cuando le digo esto, me cuenta como anécdota sucedida en su etapa de colegial (aunque no creo que lo que me cuenta sucediese de verdad) que al requerimiento que hizo el maestro a un alumno compañero suyo: "Dime tres partes del cuerpo humano que empiecen por s", este respondió de inmediato con fuerte acento ceceante: "Lo'zojo, la'zuña y la'zoreja." Le digo que eso es tan mentira como aquella otra historia en la que un alumno preguntaba a su profesor si habichuela se escribía con h, a lo que este ofrecía la siguiente sorprendente respuesta: "Claro, so tonto; si no, diría habicuela."
Ahora, los políticos han comenzado su precampaña electoral (aunque ignoro si para los políticos existe un momento que no lo sea, de tanto como actúan, impelidos tan solo por el afán de ganar, o al menos no perder, votos), al PSOE se le ha ocurrido echar mano a lo que se podría llamar "el efecto Zapatero". Y como el pobre está tan crudo (alguna vez creo que dije, o lo dijo Zalabardo, que para el caso es igual, que al presidente le falta cochura) han decidido recurrir a su heterofonía de las d finales (mis compañeros me corregirán si la incorrecta pronunciación de un fonema no se llama heterofonía, que no lo sé). Sobre ello, además, han hecho un vídeo.
El presidente del Gobierno se ha apresurado a declarar que "con humor se puede decir todo", en lo que por otra parte, tiene más razón que un santo. Con humor, con educación y sin estridencias. Pero ya me pone en guardia que ese rasgo suyo no se quede en la pronunciación, sino que se lleve además a textos escritos, destacando, incluso, las zetas escritas en rojo: modernidaz, calidaz, capacidaz y así sucesivamente. Y, algo más, sinceramente me mosquea que trasladen el efecto a los mensajes SMS con que se citaba a los periodistas para dar a conocer la campaña. Reproducido aparece el mensaje de Pepiño Blanco en la imagen que ilustra este comentario. He de decir lo mismo que en el apunte anterior. Si se hace con pleno conocimiento de que es un simple recurso humorístico, vale. Pero aquí, con este juego de la ortografía, podríamos confundir a muchas personas que no tienen muy firmes conocimientos del tema (el ortográfico, no el político), si no es que esta gente a la que aludo ya está bastante confundida según comprobamos por los mensajes que envían a determinados programas de televisión cuyos responsables nos los van pasando por un cintillo en el borde inferior de la pantalla. Juguemos, pues, pero sin pasarnos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Qué gracia nos ha hecho a todos los de La Colina ese chiste de Zalabardo de "Lo'zojo, la'zuña y la'zoreja." La verdad es que nos hemos partido de risa por la sencillez con la que estaba expuesto en el texto, en un momento en el que no esperábamos algo así. Y luego, para rematar la faena, lo de la habicuela.
Todo esto no son más que inocentes juegos humorísticos del lenguaje, como se ha hecho siempre. Por el contrario, el video de precampaña de ZP tiene poco de lo anterior y mucho de intentar hacernos cada día más imbéciles. Rogelio se indigna con estas cosas porque piensa que esa vanidad de los políticos (de ZP en este caso), nos vuelve cada día más amorfos. Eso está bien para los petites comités, es decir, entre ellos, pero no para un señor que ocupa la cartera de primer minitro. Y añade Rogelio, estas tonterías entre la clase política son similares a las que hacen los chavales en los colegios en la pubertad. Ahora que el verano parece prolongarse, ¿se estará también prolongando la pubertad?.