martes, octubre 16, 2007



MEDIOAMBIENTE

Le he contado a Zalabardo la conversación que hemos tenido hoy, durante el desayuno, Rafael López, José Luis Rodríguez y yo y me ha sugerido que la reproduzca aquí, si no con toda clase de pelos y señales, al menos en sus elementos esenciales. Todo surgió a propósito de la concesión del premio Nobel de la Paz a Al Gore y al equipo de expertos comisionado por la ONU para alertar al mundo sobre los efectos del cambio climático.

Conocida es la polémica existente entre quienes defienden el papel fundamental del hombre como causante de los cambios que se están produciendo en el clima y que nos están llevando a una situación insostenible y quienes opinan que los cambios son debidos a causas por completo naturales que obedecen a un proceso cíclicamente repetido; estos escépticos defienden que la participación del hombre en el cambio es muy inferior a la que la propia naturaleza tiene. Yo hubiese apostado a que, de los dos interlocutores de esta mañana, Rafa López, físico, sería el más escéptico, pero mira por dónde, él es el más proclive a la defensa de las tesis de Gore en su premiado documental Una verdad inquietante, mientras que José Luis, el biólogo, resulta ser quien se muestra más descreído. Le preguntaba yo, que de esta terna soy el menos informado, si está de acuerdo con quienes, entre ellos la COPE, consideran a Gore un farsante y decía que desconoce la postura de la emisora de los obispos, pero que piensa que hay contradicciones graves entre las tesis y el comportamiento empresarial del americano. Y respecto a quien pueda tener más incidencia sobre el cambio climático, aseguraba que una simple erupción volcánica lanza a la atmósfera mayor cantidad de CO2 que cualquier emisión de origen humano.
Hablábamos de si hay o no pruebas que demuestren el origen natural de cualquier cambio climático o, por el contrario, la fuerza de la intervención humana. Parece que el hecho constatable es que quienes apoyan la segunda tesis sí se preocupan de aportar argumentos en favor de la idea (Rafa aludía, como mero ejemplo, a la desaparición de las masas forestales), mientras que los que mantienen la tesis del origen natural y cíclico solo se limitan a decirlo, como ocurre, por ejemplo, con el propio Bush, presidente del país máximo productor de gases de efecto invernadero, que menosprecia las tesis de Kyoto. De cualquier forma, parecíamos concluir en que a Al Gore, sea como sea, nadie le podrá quitar el mérito de haber creado una toma de conciencia bastante generalizada en torno al problema. Yo decía que, en círculos menos amplios, no podemos olvidar la tarea que, desde hace años, realizan personas como Miguel Delibes (autor de Un mundo que agoniza) y su hijo, Miguel Delibes Castro. Ambos firman el no menos interesante libro La Tierra herida.
A propósito, Zalabardo me indica que deje aquí constancia de que la Academia, en su Diccionario panhispánico, recomienda que, aunque de forma mayoritaria se escriba medio ambiente, se adopte la forma medioambiente ya que en la pronunciación general el primero de los elementos de este compuesto se hace átono, como sucede con otros compuestos tales como sacacorchos, portafolios o parachoques.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Esta misma noche, durante el paseo habitual, comentaba con Javier el tema del apunte de hoy. Venía a decirle que hoy día todo el mundo parece aceptar la evidencia, es decir, el cambio climático es una realidad, anunciada en artículos científicos y de divulgación desde los años 70, cuando la comunidad científica cae en la cuenta que se están disparando los niveles de CO2 en la atmósfera. Otro asunto es que aún quedan muchos profesionales que no admiten la relación directa entre dicho cambio y la actividad humana. Pero el razonamiento de base puede soportar cualquier embestida: en pocos años hemos quemado los combustibles fósiles (carbón y petróleo) que se han ido generando por embolsamiento durante millones de años. Esa combustión genera mucho calor (el planeta es como una habitación que se calienta por efecto de unas estufas) y una producción masiva de CO2, el principal gas de efecto invernadero. La concentración estimada de este gas hace 200 años era de unas 250 partes por millón (ppm) y hoy día de unos 380 ppm. Los mejores ordenadores y programas informáticos apuntan, en base a los datos actuales, que cuando la concentración de CO2 alcance los 450 ppm, el proceso de cambio climático se disparará con crecimiento exponencial y el planeta, suponiendo que se dejara de emitir entonces CO2, necesitaría miles de años para recuperarse.
Otro asunto, como comentábamos ayer por la mañana, es si ha habido precipitación en conceder este Premio Nobel a Al Gore. La Academia sueca es muy sabia y está muy bien asesorada. Cuando lo ha hecho por algo será. Lo malo es que esto sea también otro indicador más del cambio climático.
Rafa López

Anónimo dijo...

En la Colina tenemos una buena disposición frente a los problemas medioambientales: vamos andando a totas partes y, cuando no podemos,usamos el transporte público. Esto es consecuencia de que ya no tenemos edad para conducir, pero cuando éramos unos muchachos, tampoco lo podíamos hacer por falta de medios. Hay que colaborar en lo que se pueda.

Anónimo dijo...

Las agradables tertulias de los desayunos en el Boris traen estas consecuencias.
Trataré de ser breve
¿Vende el cambio climático?, es decir, ¿es negocio el discurso del cambio climático global en la actualidad? Creo que sí y por eso me considero un escéptico (aúnque no incrédulo) cuando anda por medio la política, el dinero y tanta manipulación mediática.
Hoy todo el mundo habla del cambio climático sin poseer la suficiente información al respecto o tan siquiera saber a qué hace referencia. Hasta en lugares apartados del mundanal ruido ya hay quien achaca un fenómeno local como un invierno poco lluvioso o un verano excesivamente caluroso al cambio climático (también a la inversa). Se debe informar pero no alarmar, se debe concienciar sobre el cuidado y respeto por el entorno pero sin engañar.
El cambio climático global no es algo nuevo, ha ocurrido en bastantes ocasiones a lo largo de la historia de la Tierra y siempre de forma gradual, no de golpe (lo habré explicado veces en clase al hablar de la formación del planeta y del origen de la vida) cuando aún no existía la especie humana.
Son muchos los elementos que influyen en él, como la inclinación del eje rotación de la Tierra que fluctúa a lo largo de periodos de 41.000 años, el movimiento de precesión del eje de rotación, la órbita terrestre, la actividad cíclica de las manchas solares, los movimientos de los continentes, la actividad volcánica, las corrientes oceánicas, el campo magnético…etc.
No se conoce con precisión el porqué de los calentamientos de los climas del pasado y las hipótesis no se pueden verificar. Por tanto es difícil calcular en qué medida la acción del hombre (durante unos pocos decenios) puede contribuir al aumento de temperatura en el planeta.
El clima cálido de la actualidad es menos cálido de lo que había sido en la Era Terciaria y mucho menos aún que el clima de la Era Secundaria (en el periodo Carbonífero se alcanzaron cifras cercanas 1500 ppm de dióxido de carbono, cinco veces la actual). El Cuaternario, es el más templado de todos y durante él ha tenido la Tierra también sus periodos más fríos. ¿Será verdad o no el calentamiento global del planeta?¿será causado por el hombre?, ¿será un negocio?.
Por dar algunos datos (hay muchos), en 1980 el volcán Santa Helena en las Rocosas tuvo una erupción con un VEI de 5 (índice explosividad volcánica), su penacho penetró en la estratosfera y la materia emitida ocupaba un volumen de más de mil millones de metros cúbicos. La explosión del Krakatoa en 1883 tuvo un VEI de 6 y otros han superado dicho índice (todos en el siglo XIX). ¿Influirán en el clima?
Es posible buscar explicaciones, en términos coloquiales, al
posible calentamiento global de la Tierra en hechos como la deforestación, la contaminación atmosférica, el agujero de ozono…, sobre todo porque son muy intuitivos, inmediatos, de actualidad. Pero estoy convencido de que todos ellos por sí solos no pueden producir el cambio climático global. Es posible que contribuyan al calentamiento global en poco, mucho o nada. Tal vez el hombre sólo sea un instrumento más del calentamiento del planeta.
Es conveniente que los Estados reconduzcan este tema, tratándolo de forma sosegada, con rigor científico, con estudios a largo plazo y trasladando una correcta información a la opinión publica.
Tras los desastres naturales (terremotos, epidemias, tsunamis, etc.) y los provocados por el hombre (guerras, incendios, etc.) siempre hay quien gana dinero, creo que en este caso hay quien quiere hacerse rico antes de que se produzca el desastre. ¿Se puede cobrar 240.000 euros por dar una conferencia sobre el cambio climático? Me resulta inquietante y algo incómodo esta forma de crear conciencia ecologista colectiva.

El cosaco verde