jueves, octubre 09, 2008


HISTORIAS DE PALABRAS
Alguien se ha extrañado de que en el apunte último no apareciera Zalabardo por ningún lado, lo que a algunos malintencionados les ha hecho pensar que se debía a un desacuerdo entre los dos por el varapalo a la ministra, en el que él, me dicen, no ha querido participar. El mismo Javier López me preguntaba qué tengo yo contra la pobre Magdalena. Nada más lejos de la verdad, puesto que entre Zalabardo y yo hay siempre buena sintonía, aunque no falte algún que otro pique esporádico. Pero la gente no sabe qué decir, no hay más que ver ciertos programas de televisión. Lo cierto es que, pues todo hay que decirlo, cuando yo redactaba la página, Zalabardo pasaba una consulta médica; los años no corren en balde para nadie. Cuando regresó y le pregunté qué le habían dicho, me respondió cariacontecido: Que estoy hecho una birria. Después supe lo que en verdad le tenía preocupado: el médico le ha aconsejado que se haga una gastroscopia y una colonoscopia. Como no pude reprimir la risa, él se puso aún más mohíno; yo he tratado de animarlo aconsejándole que hable con Joaquín Martínez, que sabe lo que es eso.
Y para intentar distraerlo de ese tema, le pregunté si sabía cuál es el origen de la palabra birria, de la que el Diccionario RAE nos dice, en primer lugar que significa 'persona o cosa de poco valor o importancia', para añadir luego que también es 'mamarracho, adefesio'. En fin, que le pido ayuda y nos ponemos a investigar tanto el origen como las relaciones entre estas tres palabras: birria, mamarracho y adefesio.
Joan Corominas, en su diccionario etimológico, afirma que el término birria tiene un origen dialectal leonés y que posiblemente se derive del latín vulgar verrea (de verres, 'verraco') que significaba 'terquedad, rabieta, capricho', de donde pasará a significar 'cosa despreciable'. Pero José María Iribarren, en su El porqué de los dichos, nos cuenta que el birria o mamarracho es, en Castilla, el bobo o gracioso que va delante de los danzantes en ciertas procesiones, especialmente las eucarísticas. Y dice aún más: que en Tierra de Campos es un individuo que viste ropajes estrafalarios y de colores chillones, y que porta una vara de cuyo extremo cuelga una pelota o vejiga con la que golpea a los viandantes. La desagradable visión que proporciona esta figura explica bien la expresión estar hecho una birria.
Sobre mamarracho cabe decir lo siguiente: la RAE afirma que procede del árabe hispánico maharrag, 'bufón', y que vale para 'persona o cosa defectuosa, ridícula o extravagante'. Más aclara Corominas, quien nos dice que, en su origen, la palabra fue moharrache, que significaba 'disfraz mal pergeñado, figura ridícula'. Luego derivó a momarrache y, finalmente, a mamarracho. Y una aclaración más completa la hallamos en Covarrubias, que define momarrache como 'el que se disfraza en tiempos de fiestas con ropajes de mal talle y que lo hace además para asustar a aquellos con los que topa'. Sigue explicando que el término se deriva de Momo, dios festivo, hijo de la Noche y el Sueño, y que no sabe hacer otra cosa sino reprehender a los demás.
¿Y adefesio? El diccionario académico lo define en primer lugar como 'despropósito, extravagancia, disparate'. Como segunda acepción dice: 'traje, prenda de vestir o adorno ridículo y extravagante'. La historia de esta palabra, para su significación inicial, es bastante curiosa. Hay dos versiones, que en el fondo son la misma con tan solo cambio de protagonista. Corominas e Iribarren dicen que el origen está en ad Ephesios, por la inutilidad de la predicación de San Pablo en Éfeso, donde no solo no caló su palabra sino que estuvo a punto de morir a manos de la plebe, que rechazaba sus argumentos. De ahí, se explica, surgió la locución adverbial ad Efesios, 'en balde, disparatadamente'. Pero Covarrubias, autor del primer diccionario de nuestra lengua, cuenta una historia parecida, aunque el protagonista para él es Hermodoro, varón virtuoso de Éfeso a quien sus conciudadanos, que no aceptaron los consejos que les daba para la mejora del gobierno de la ciudad, acusaron injustamente de sedición y casi lo condenaron a muerte.
Nos queda, pues, clara la relación entre birria y mamarracho, que vienen a ser la misma cosa. En cambio, el paso de adefesio desde 'cosa inútil, difícil o complicada' hasta 'persona o prenda de vestir ridícula o extravagante' resulta algo más ardua de explicar. En ese proceso debe haber todavía algún paso que, al menos a Zalabardo y a mí, se nos escapa. Tampoco creo que ello sirva de mucho a Zalabardo para aliviar su preocupación; pero, al menos, lo he intentado.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Estimado escritor:
nos ha conmovido a todos los del grupo de La Colina el birrioso estado en que, a tenor de lo que dice, se encuentra Zalabardo ya que le han mandado una gastroscopia y una colonoscopia. ¡Por si no tuviera bastante por delante, también otra por detrás! Pero, ¿cuántas cosas tiene Zalabardo?
Ahí lo importante es que ambas exploraciones no terminen comunicándose entre sí tal como lo hicieron hace pocos años los ingleses y los franceses, cada cual por su extremo, ante el tunel de Calais.
Nuestra recomendación es que se relaje y que pase de alguna que otra exploración agresiva tan corriente en la medicina actual.
Saludos desde La Colina.