sábado, mayo 21, 2016

LOS PERCHELES DE MÁLAGA



            …que él asimismo, en los años de su mocedad, se había dado a aquel honroso ejercicio, andando por diversas partes del mundo, buscando sus aventuras, sin que hubiese dejado los Percheles de Málaga, Islas de Riarán, Compás de Sevilla, Azoguejo de Segovia, la Olivera de Valencia, Rondillas de Granada, Playas de Sanlúcar, Potro de Córdoba y las Ventillas de Toledo… (Cervantes).

Perchel
            Comentamos Zalabardo y yo que acaban de dar el nombre de Pedro Zerolo  a una plaza de Madrid, en medio de gran boato y publicidad. Nada tengo contra ello, salvo que, por principio, no me gusta que se dé a las calles nombres de personas a no ser que concurran para ello circunstancias excepcionales. Por desgracia, en nuestro entorno se están dando estos días demasiados casos de eliminar el nombre de unas personas de determinados lugares para dedicárselos a otras. Es posible, pienso, que no deberían habérselo dado a aquellas; pero, al mismo tiempo, pienso qué razones hay para otorgárselos ahora a estas.
            ¿Por qué se da el nombre de Zerolo a una plaza de Madrid? ¿Su figura está aureolada por la excepcionalidad a que nos referimos antes? ¿Es equiparable a un Cervantes, un Fleming, un Alfonso X…? Lo que nos hace pensar es que, para honrar con su nombre esta plaza, antes ha habido que despojar de dicho honor, caso de que lo sea, a Vázquez de Mella. Y me pregunto: ¿se la merecía menos?

Calle Pozo del Olivar, Jerez.
            Siempre he defendido que lo normal debemos mirarlo como normal y no tratarlo como extraordinario. Leo en un blog de Coral Herrera Gómez, doctora en Humanidades y Comunicación Audiovisual, que, muchas veces, usamos el concepto “normal” para discriminar a personas y grupos humanos que no se ajustan a los patrones y modelos que sigue la mayoría. Y en el nomenclátor ciudadano hay mucho de discriminación. Quitamos la placa de una calle o plaza a alguien para dársela a otro, en razón de afinidades ideológicas, especialmente.
            Siempre nos ha gustado, en esto coincidimos, que la toponimia urbana se ajuste a los nombres consagrados por la tradición y que responden a una circunstancia peculiar que nunca dependerá de filias o fobias hacia personas. Nombres que no herirán jamás la sensibilidad de nadie. En mi pueblo hay calles que se llaman la Carrera, Gordillo, la Cilla, Alpechín, Herradores, Molinos Viejos, Farfana… En Málaga, tenemos Bodegueros, Ollerías, Vendeja, Plaza de Toros Vieja, Comedias, Cinco Bolas, Lagunillas, Tejeros, Torregorda, Atarazanas. En Jerez, donde he pasado unos días, he visto la plaza del Mamelón, de las Yerbas, calle Larga. En los tres lugares hay también nombres de estos que digo que no debería haber.

Zona de los Percheles de Málaga. Siglo XVIII
             Pasa con las calles lo mismo que con los barrios. Y aquí entra el que nos ocupa: el Perchel. Ese es el nombre moderno, porque la zona siempre se conoció como los Percheles, en atención a la actividad que en la zona se desarrollaba. En el libro Guía de Málaga para 1898 se explica de esta manera: El nombre de uno de estos arrabales viene de la época en tuvo su auge la industria de salazón de pescados. Para que la población no sufriera los malos olores que se desprendían de la salazón, destináronse los terrenos existentes del lado de allá del río, a tales operaciones; y como para estas fuese necesario utilizar perchas o palos en los cuales poníase el pescado a secar, de aquí recibió el primero de los barrios que nos ocupa el nombre de Percheles.

Plano de Málaga. L. Thuillier, 1880.
            Porque perchel es la cuerda o cable tendido entre dos palos en que se colgaban las redes para secar o el pescado. Y los lugares donde se montaban estos eran los percheles. Hace mucho que no veía ninguno, señalo a Zalabardo. Pero días atrás, en las playas de la Caleta de Vélez vimos uno de estos percheles. En él colgaban pintarrojas ya en su punto óptimo de secado y dispuestas para ser recogidas. No sé si habrá alguna otra zona de la provincia donde la práctica continúe.
            El barrio del Perchel actual, que no coincide con los Percheles históricos, es muy diferente. Cervantes lo mencionaba como uno de los puntos famosos de España sede del hampa y la picaresca. Hoy, para nadie es desdoro vivir en el Perchel.

No hay comentarios: